miércoles, diciembre 20, 2006

Miss USA nos salió rana


Finalmente podemos respirar tranquilos. Tara Conner, elegida Miss Estados Unidos, finalmente no será defenestrada, condenada ni apedreada a causa de su comportamiento “impropio” para una joven galardonada como ella. A esta rubia se le acusa de haber cambiado de novio al menos 3 veces en el último año (de puta), de salir demasiado de fiesta en Nueva York (de golfa) y de beber bastante alcohol (borracha) pese a que le falte un año para llegar a los 21 mínimos para poder disfrutar de tan satánico vicio.

Sin embargo, quien tiene la potestad de emitir la sentencia es el mega ultra hiper magnate Donald Trump, porque no piensen que este certamen no es privado. El amo y señor con nombre de pato se divorció de su anterior esposa tras ser descubierto su romance con Miss Georgia. Él popularizó en TV la frase “You’re fired” (estás despedido) en, El aprendiz, un patético reality show que él mismo conducía.

¡Viva Tara Conner, y las rubias golfas como ella que van ligeras de ropa! ¡Muerte a Mr. Duck y a todos los altos ejecutivos aburridos, egocéntricos y orgullosos que van de traje y corbata!

Claro que para dar el ejemplo, para que los niños imiten el comportamiento intachable mientras sus padres se hinchan a cervezas, espían a sus vecinas y van a misa, no sirve...

lunes, diciembre 18, 2006

Pobre Hernán...


(Antes que nada, quiero que sepan que me descargo de todo con el Emule, y estoy a favor de la piratería)

Desde hace años, Hernán Casciari imprime su huella en su blog Orsai. Desde allí comparte con nosotros sus impresiones e inquietudes. Él, al igual que yo, es argentino radicado en Barcelona, pero él, a diferencia de mi, cuenta su historia de manera elocuente y atractiva.

Sus artículos, auténticas creaciones, son tan así que ocurrió lo inevitable: el plagio. Pedro J. Soriano es delegado de la Agrupación de Policías locales de Comisiones Obreras de Alicante, y colabora con frecuencia en el diario Las Provincias, de Valencia. En una de sus últimas publicaciones (aunque quizás lo práctico en varias de ellas), tomó sin consentimiento del autor el artículo El nuevo paraíso de los tontos, y lo firmo él. A lo David Copperfield, o Fumanchú, como usted prefiera, hizo un pase de magia con el copiar y pegar, copy and paste o ctrl.+C, ctrl.+V, o como usted prefiera llamarlo.

Querido Hernán, eso te pasa por escribir bien!!! A nosotros nunca nos pasan estas cosas. A ver si la próxima vez no ponés (te lo digo en argentino, total vos me entendés) nada de consideraciones personales ni reflexiones complicadas, y te limitás a buscar en wikipedia, decís “que barbaridad!!”, comentás las chorradas de siempre, del clima, del tiempo y de lo cara que esta la vida, y listo.

A ver si aprendés.

martes, diciembre 12, 2006

Cajas, cajitos, cajotas...

Hay un capítulo de los Simpsons en el que visitan una fábrica de cajas de cartón con la escuela. No se que tendrá que ver, pero la analogía vino sola a mi cabeza cuando vi el negocio “A mida”, en la calle Amigò del barrio de Muntaner.

Allí, en un espacio que no superaba los 10 metros cuadrados, se apilaban docenas y docenas de cajas, de todos los tamaños y de múltiples estampados. Cajas para corbatas, cajas para naipes, para manteles, etc, etc. La misión para la cual fueron confeccionadas estaba escrita en una etiqueta, para evitar confusiones, o para no caer en la tentación de guardar pañuelos en la caja de bisuterías, (Dios no lo permita!!!).

Pero entre todas las cajas, había una que llamaba la atención, que destacaba por su aspecto. Solitaria, aunque bien rodeada, sobresalía en la estantería por su complexión cilíndrica. Única en su especie, quién puede adivinar cuántas cajas de dimensiones regulares, de rectas y aburridas caras rectangulares han desfilado delante de sus ojos mientras ella permanecía allí, inmóvil.

¿Qué culpa tiene ella de que el precio del suelo en este barrio (perdón, en toda la ciudad) esté por la nubes y de que en las reducidas viviendas haya que aprovechar hasta el último recoveco? Pero la doctrina Ikea obliga a repisas encima de las puertas, a camas plegables y, también, a cajas cuadradas que no dejan resquicio (es decir, E.L.I.: léase Espacio Libre Inutilizado).

Pero sin que pronunciase palabra creía comprenderla: prefería ser la caja más distinguida de la tienda antes que una vulgar contenedora de cosas banales en algún piso de diminutas dimensiones.
Technorati Profile

lunes, diciembre 11, 2006

Biblio tomo VI: Biblioteca Jaume Fuster

Iván es estudiante de diseño gráfico. Su barba de dos días sin afeitar y los huecos que el pelo le deja libre en su cabeza lo hace parecer mayor. Cuando tiene examen acude a la biblioteca Jaume Fuster a estudiar, y cuando el calendario no lo aprieta, como hoy, lleva su portátil Mac y aprovecha el servicio de Wi-Fi para navegar por Internet.

Las instalaciones de este centro, uno de los más nuevo de los 174 desperdigados por la provincia, se asemejan a un planetario achatado, imitan a una tortuga gigantesca, un plagio mal hecho de una construcción de Gaudí (dejando en claro que esas cosas ya no se hacen hoy día). Flanqueado por un lado, el que da a la plaza Lesseps, por un amplio descampado con asientos en los que descansan y se refrescan turistas esquivos al sol que vuelven del parque Güell. Y por el otro, el de atrás, edificios de más de un siglo de antigüedad a escasos 3 metros de los luminosos ventanales.

En el interior, las estanterías aguardan raquíticas la llegada de libros. Las paredes, revestidas de madera clara, luego de los 2 metros se convierten en blancas, y quien sabe a que altura, en techo. Sin dudas, es un lugar cómodo para la lectura, con espacios enormes, techos altos, numerosos sillones y paredes acristaladas que no se oponen a la entrada de la luz solar. Si uno anda distraído es muy fácil perderse, los desniveles se comunican con escaleras desiguales, como si fuese un loft gigantesco que no guarda simetría.

En sus… ¿3 pisos?, ¿o 4?, están repartidos un espacio polivalente, una sala de exposiciones (de momento vacía), un auditorio y un espacio multimedia equipado con 10 ordenadores, una impresora láser color, un escáner y 8 cámaras web. Especializada en cultura juvenil y viajes, en su ¿segunda? planta, con los lomos marcados con CJ, se encuentran los libros que tratan de movimientos sociales, tribus urbanas, inserción laboral, afectos y otros temas que preocupan a los adolescentes de hoy en día (o se supone que los inquietan).

En una planta más abajo, el centro de autoaprendizaje de idiomas reúne en formato multimedia material en 14 lenguas distintas, tan dispares como el ruso, danés, suomi (finés) o japonés. Además, la Jaume Fuster también participa, junto con la Vapor Vell y con la de la Santa Pau-Santa Creu, en el programa diarios del mundo, que juntan publicaciones en 20 idiomas diferentes.

Sin embargo, la biblioteca también sale a la calle. Mediante el programa de préstamo y lectura a domicilio, destinado a todos aquellos con movilidad reducida o con problemas de visión, un voluntario llevará el material escogido al domicilio tras acordar la cita. Los principales benefactores de este servicio son los ingresados en el Hospital de la Esperanza, cercano a Vallcarca, en el distrito de Gràcia.

jueves, diciembre 07, 2006

¿Qué hemos hecho para merecer esto?


En la estación Provença de los Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña nos tratan a los viajeros como si formásemos parte de un rebaño de ovejas. Nos pones guías – pastores, que con sus brazos y micrófonos (sí, micrófonos!!!), nos van diciendo que debemos “ir pasando hacia el fondo del andén”, que no nos quedemos en el pasillo, que dejemos la vía libre a los que desean salir, bla bla bla. Y los borregos- currelas, que entramos a la hora infame de las 9 de la mañana, caminamos apurando el paso (bueno, se apresuran los demás, yo no), y se producen atascos similares a los de la M-30 (nunca vi uno de esos, pero supongo que son muy bestias).

En la célebre cárcel de Guantánamo, vestían a los prisioneros con ropa interior femenina y utilizaban otros recursos para minarles la moral, y bajarlos al último escalón de la dignidad humana. A nosotros, pretenden convencernos de que no debemos tener aspiraciones, de que acabaremos mimetizados con la enorme masa humana que integramos todos los que entramos en fila en el embudo de la escalera de la estación de Provença. ¿O ustedes a caso pensaban que esta forma de manipulación era característica del régimen comunista vietnamita?

Recuerdo, añoro con nostalgia, los domingos que volvía de fiesta a la madrugada, ya convertida en mañana, y me cruzaba en el metro con los pobres asalariados que se dirigían a comenzar la semana laboral, mientras yo la acababa de terminar. No podía evitar una sonrisa burlona, pero era conciente de que tarde o temprano me vería en esa misma situación. Y no me equivocaba.

miércoles, diciembre 06, 2006

Biblio tomo V: Barcelona, Cataluña, España, Europa...

Después de rotar por media docena de bibliotecas de la red de la Diputación de Barcelona, Manuel Mendoza desempeña sus funciones desde hace 5 años en la UPC. En los primeros 3 estuvo en el Campus Nord y desde hace 2 ejerce sus funciones en la Facultad de Náutica, al costado del Pla de Palau. Pero el mayor contraste entre los distintos centros no se encuentra dentro de Cataluña, sino entre las diferentes comunidades autónomas, ya que las competencias que poseía el Estado español fueron traspasadas. “Cada comunidad maneja su propia red”, explica, y pone en relieve que en pocos sitios del territorio “se trabaja con la coordinación con la que se hace aquí”, en Cataluña.

No obstante, si la comparación se proyecta hacia los países europeos, el panorama cambia sustancialmente. El ejemplo a imitar es el de los Estados nórdicos. “Allí, este es un tema que se ha cuidado siempre al máximo”, y cuando debe elaborar una escala considerando la calidad del servicio, ubica a los “suecos, daneses y finlandeses por delante de los noruegos, aunque el nivel es alto en todos los casos”. En Gran Bretaña y Francia la situación es distinta. El Reino Unido se está recuperando de la etapa de Margaret Tatcher, en la que “se hundieron en la miseria, llegando incluso a privatizarse algunos servicios”. En el Estado galo, “las bibliotecas están supeditadas a los intereses de cada municipio”, por lo tanto al no estar entrelazadas pierden bastante efectividad.


Además, las sociedades nórdicas “son grandes aficionadas a la lectura”, ayudadas por “un clima que les invita a quedarse en casa y entretenerse”. Este comportamiento, reflexiona Manuel, “se nota en todo: en el grado educativo, en el conocimiento de las nuevas tecnologías, la cantidad de libros editados y en el nivel cultural, realmente envidiable”.

Volviendo nuevamente a la provincia de Barcelona, ¿cómo se hace para que más de 5 millones de habitantes, mal distribuidos, accedan a la oferta de servicios? Núria Ventura destaca la implementación de los 9 bibliobuses que posee la red, y que son auténticas bibliotecas itinerantes, que “permiten tener un servicio mínimo a los municipios que tienen entre 300 y 3000 pobladores, que no pueden afrontar los costes de un centro fijo”. Las visitas a los pueblos son con una frecuencia semanal o quincenal, que permiten repartirse y llegar a abarcar 101 municipios. Para las poblaciones entre 3000 y 5000 habitantes, “hay pequeñas dependencias filiales, tuteladas por una central comarcal o zonal que auspicia de soporte”, añade Núria.


Retrocediendo en el tiempo, la jefa de coordinación relata que las primeras bibliotecas públicas fueron inauguradas en 1918, “eran 4, fueron creadas por la Mancomunitat y estaban ubicadas una por cada provincia”. Muy poco tiempo después, apenas 2 años más tarde, “se organizaron unos servicios centrales conjuntos, para disponer de recursos compartidos, unificar criterios técnicos, intercambiar conocimientos y experiencias”. Realizando un balance, ella destaca entre las ventajas de formar parte de una telaraña que “les ha dado fuerza a los servicios, ha permitido a los profesionales organizar mejor su labor y ha facilitado que en épocas difíciles para la cultura las bibliotecas se mantuvieran mínimamente a flote”.

martes, diciembre 05, 2006


La salida más cercana a la montaña de la estación de Muntaner de los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya está sincronizada con el semáforo de esa misma esquina. Sé que suena absurdo, pero ya lo comprobé más de 100 veces. No se si este fenómeno ocurre solo en las horas punta, o durante todo el día, pero la tupida masa de gente que sale a las 9 de la madrugada por la boca de la estación, marcha directamente al paso de cebra con el piloto automático encendido. Allí, a apenas un par de metros del último escalón, el semáforo cambia a rojo para detener a los coches y dejar paso a la marea humana.

¿Hasta cuando las autoridades continuarán negando este complot? ¿No sería mejor hacerlo público, y destacar orgullosamente que se está alcanzando un teutónico grado de organización, tan aceitado como los engranajes del mecanismo de un reloj suizo?

Pero no, los mediocres gobernantes de turno prefieren mantenerlo en silencio. ¿Será porque tendrían que reconocer otros sistemas de normalización peores? Antes, cuando éramos pequeños, nos obligaban a vestirnos con uniformes. Ahora que somos mayores, debemos soportar otro tipo de lastres, que pretenden minarnos la moral, como lo que ocurre en la estación Provença, del mismo consorcio de transporte público. Les anticipo, estimados amigos, que en breve me explayaré acerca de esta brutal rémora que debemos soportar sistemáticamente de lunes a viernes.

viernes, diciembre 01, 2006

Biblio tomo IV: Biblioteca de la Santa Pau - Santa Creu


El sol permanece colgado un rato más en Barcelona. Se acerca el verano y los días se alargan. En la calle Hospital, en el Raval, se levanta un muro de piedra que parece encerrar herméticamente lo que hay dentro. Pero una vez más las apariencias engañan, y dentro hay un jardín que contiene desde una terraza con turistas hasta yonquis errantes y estudiantes que se resisten a entrar a clase. Entre ellos, apuran el paso inmigrantes hindúes y pakistaníes que enfilan hacia la biblioteca de la Santa Pau–Santa Creu. Allí dentro, se apilan unos 180 periódicos de 60 países diferentes, y la colección está abierta a sugerencias para ampliarla.



Alí es un musulmán pakistaní. Como todas las tardes cuando acaba con su trabajo en una peluquería, y después de la ducha de rigor, se encamina hacia su encuentro diario con la lectura y la actualidad de su país. A pesar de que lleva 7 años en Barcelona, hace poco que descubrió este oasis. Se sienta en uno de los sillones cómodos y coge la edición de dos días atrás de The News.

Los periódicos van desde La tercera de Chile hasta el eterno New York Times, y otros con nombres desconocidos para occidente, como Al Hayat, Al Ittihad o Daily Jang. Sin despegar sus ojos, sigue la lectura de derecha a izquierda y de abajo a arriba, como manda la tipografía árabe. En un momento dado, se acerca al papel, repasa con el dedo y mueve sus labios lentamente, pronunciando las palabras en silencio. El ruido de los pájaros atraídos por la flora exterior no llega a la sala de lectura, a pesar de los amplios ventanales. Sus gruesos bigotes que acaban en punta apuntando hacia arriba parecen permanecer inmóviles cuando habla.



Apenas deja el diario encima de la mesa, lo toma otro sentado enfrente de él que, como la mayoría de los que están en la sala, lleva camisa que no se desplancha ni se mueve de su sitio. Una mujer canosa con una bolsa de supermercado saca una libreta y apunta. Es una extranjera en su propia tierra. Este centro está copado por gente de la mega nación India y sus alrededores, ni siquiera hay espacio para asiáticos o sudamericanos. Hay estanterías dedicadas exclusivamente a cultura árabe y bibliografía en urdu, hindú y panjabi, entre otras lenguas.

jueves, noviembre 30, 2006

Mayumana in ¿concert?



Jueves a la noche. Los actores-acróbatas-músicos de Mayumana (pensaba que se escribía más complicado, pero aparece así en la propia web, ellos deben saber...) se presentan en el Tívoli de Barcelona. Espero que el espectáculo valga la pena, considerando la odisea que fue comprar las entradas. El safari incluye navegación por Internet, visita a oficina de una conocida caja de ahorro, a varios cajeros automáticos (al menos 5) y llamada por teléfono a la misma caja de ahorro de la estrellita.


Y la verdad es que valió la pena. Desde el comienzo hasta el final, sin pausas, presentaron un espectáculo más artístico que musical, con un puñado de gags cómicos desarrollados rítmicamente, como si fuese una canción de 80 minutos de duración. Ellos hacen música con el cuerpo, y bailan con los instrumentos. Aunque instrumentos es un formalismo, ya que sacan música de cubos de basura, caños y latas vacías. Y el grandote, el que le saca una cabeza de altura a la otra decena de artistas, habla con un acento raro. Apenas si pronuncian palabras, se podría decir que expresan todo con el cuerpo (y es cierto).


Al final, para rematar, el alto del acento raro (cuando llegue a mi casa, buscaré de donde es) nos invita a todos a esperar en el hall del teatro para cerrar el espectáculo, como un bis de un concierto. Con sus enormes tanques de plástico azul, improvisados tambores, nos hacían bailar sin quererlo, capitaneados por un director de orquesta que marcaba el ritmo con una lata cuadrada, improvisado redoblante.

Aplaudí con ganas, hasta que me di cuenta de que después de tanto golpeteo, palmas, percusionismo, y todo lo que sonó arriba del escenario, los que estábamos de público sonábamos fatal. Faltos de tempo, de ritmo, y sin sentido musical, golpeábamos las palmas anárquicamente, con un resultado espantoso.

Como remate, en el camino de vuelta a casa, una cena de a dos, con unos sandwiches de lujo (por el precio y porque estaban buenísimos).

Al final , resultó ser que ese chico enorme, alto, y con una calvicie incipiente es de Segovia. Que Mayumana sea una compañía multicultural, multiétnica y otros multis más, no significa que tengan que tener gente que proceda de miles de kilómetros de distancia. La diversidad también incluye al de la vuelta de la esquina.

miércoles, noviembre 29, 2006

Biblio tomo III: Miqui LLongueras - continuación.....


Los carteles de Mafalda, Manolito y Copito de Nieve escuchan la lección de ciencias, de la imposibilidad de almacenar antimateria, desactivando una vez más los argumentos de Mr. Brown. En realidad todo transcurre como una conversación informal, como una charla de amigos, de vecinas que se encuentran accidentalmente en el mercado. Pero la organización de Silvia la delata: tiene el libro plagado de flecos lilas, marcas de los pasajes seleccionados, y dictaminan que bajo sus redondos ojos azules hay una persona disciplinada y detallista.


Casi todas las participantes son amas de casa, que poco a poco van llegando tras desligarse de sus quehaceres cotidianos y tomar una pausa al atardecer, y el número de 22 participantes apuntados que parecía poco razonable hace media hora atrás ahora se antoja más cercano. El éxito rotundo de los clubes de lectura entre el segmento femenino asombra también a Núria Ventura, que confirma, además, que “las mujeres consumen más literatura que los hombres”, y que si se elabora un usuario medio de las bibliotecas, este sería “una mujer, de unos 30 años de edad y con un cierto nivel de estudios”.


Los comentarios a favor y en contra de esta novela están divididos. Al mismo tiempo que los detractores, irritados por el lenguaje televisivo similar al del Código Da Vinci, desconfían de la lucha entre el Bien y el Mal, los defensores afirman que en realidad lo único que deseaban eran pasar un buen rato, no descubrir una extensa novela reveladora de cinco siglos de antigüedad, y que con esta lectura se han entretenido.


A pesar de que el debate se estira un cuarto de hora más de lo pactado, la tertulia se prolonga en las escaleras que conducen a la salida. La coordinadora Bibiana reconoce que otras veces ha sido más fácil ponerse de acuerdo. Recuerda que por este club han pasado títulos de la talla de De la tierra a la luna; El mundo feliz; La peste, del argelino Albert Camus; el laureado El médico; Crónica de otra verdad, con la presencia de la autora, Mercè Piqueres y El curioso incidente del perro a medianoche, con un neurólogo invitado para explicar lo poco que se sabe acerca del autismo.



Antes de marcharse hay tiempo para que Dani anuncie la buena noticia: el ciclo de literatura científica fue todo un éxito, continuará después de las vacaciones y están todos apuntados para la próxima edición.

lunes, noviembre 27, 2006

Biblio tomo II: Biblioteca Miquel Llongueras

La biblioteca Miquel Llongueras del barrio de Les Corts, levanta sus tres pisos a pocos metros del Camp Nou. Al estar rodeada por un jardín parece ser un edificio imponente, pero es el más bajo de la Riera Blanca, avenida que marca el límite entre Barcelona y L’Hospitalet del Llobregat. En sus instalaciones se reparten libros, música, películas, revistas, ordenadores, televisores, una sala de actos, oficinas del ayuntamiento y hasta alberga un stand promocional de la Universidad a Distancia.


En este centro, uno de los más activos de la ciudad, se organizan diversos clubes de lecturas, un ciclo de proyección de películas, cursos de ofimática y de acceso a las nuevas tecnologías y encuentros para alentar a los niños de uno a cuatro años a que pierdan el miedo a los libros.


Es martes y en el subsuelo de la Llongueras todavía quedan algunos pequeños que conversan en voz alta y van y vienen inquietos. En el fondo de la sala, Dani acomoda dos docenas de sillas en círculo para la reunión mensual del ciclo de lectura científica. También se desarrolla uno en alemán y otro en italiano, pero hoy es el turno de hablar de obras relacionadas con la ciencia. Él es la referencia, el bibliotecario que hay que consultar, el coordinador de este ciclo. Pero la organizadora, especializada en comunicación científica, es Bibiana Bonmatí Recolons. Ella es la que decide que libro se lee, la que contacta a los invitados y la que gestiona los turnos de conversación de los participantes que intervienen en el intercambio de opiniones y pareceres.


El libro de este mes es el primer trabajo de un escritor cuya obra levanta ampollas:
Dan Brown. Ángeles y Demonios desarrolla su trama de complots y traiciones en las instalaciones del CERN, el Centro Europeo de Investigación Nuclear. Por eso, la invitada es Silvia Olave, doctora en física que realizó su tesis doctoral en esas instalaciones. Desde la lejanía impuesta por la alta graduación de los cristales de sus gafas, comenzará a derribar desde el comienzo los mitos construidos alrededor de la ciencia como algo incuestionable. Bajo su apariencia anti-friqui, narrará sus años pasados en el centro, al que recuerda como un espacio más cercano a un campus universitario que a un área militar, aunque el padre del Código Da Vinci se empeñe en retratarlo como el área 51 del incidente Roswell.

lunes, noviembre 20, 2006

La Tour de Pise, M. Gondry, J.F. Cohen


Ça ce (peut être), le mieux vidéo de Mesieur Michel Gondry. C'est une chanson de Jean Françoise Cohen et s'apelle "La tour de Pise".
Salut, copains et copines,
== >Moi< ==

martes, octubre 17, 2006

Biblios tomo I: Las bibliotecas de Barcelona, reinventadas, seducen con su amplia oferta cultural

Con la aparición de las nuevas tecnologías se afirmaba que las bibliotecas tendrían los días contados. Los soportes ópticos y digitales implicaban la desaparición del soporte físico: los libros en papel serían engullidos por las pantallas de los ordenadores. Pero conforme han ido pasando los años, el panorama apocalíptico se ha ido disipando, y al menos en Barcelona, las bibliotecas parecen estar cada vez más saludables. Claro que para que esto suceda han tenido que retransformarse, y ya no se parecen en nada a los salones amplios con techos altos de principios de siglo, en los que estaba prohibido alzar la voz e imperaba una férrea disciplina militar. La red de bibliotecas de la Diputación de la provincia se va ampliando, abriendo nuevos centros y profundizando en el material disponible en cada uno de ellos.



El relanzamiento de las bibliotecas está íntimamente relacionado con una nueva concepción, la de “servicio al público”, aclara Manuel Mendoza, graduado en una de las primeras camadas de licenciatura en biblioteconomía. Debido a la diversificación del material, “más que bibliotecas, en realidad pasan a ser mediatecas”, que contienen su material en un abanico de soportes, que van desde papel hasta discos compactos, pasando por DVDs y revistas digitalizadas. Otro factor importante es el de los “servicios que puedan prestar, quizás tanto como el material que se oferta, y que va desde la consulta del catálogo por Internet hasta las conexiones Wi-Fi en los edificios”.

Sin embargo, Núria Ventura, jefa de la coordinación de servicios de la red de la provincia de Barcelona, prefiere llamarlas bibliotecas en lugar de mediatecas, porque “ese término lo engloba todo” y, además, “el 80 % del material es libro, el 12 % música y el restante vídeo”.



La red de Barcelona cuenta con una serie de actividades para difundir, más que la lectura, la cultura en el sentido más amplio de la palabra. En todos sus centros se organizan exposiciones de temas tan dispares como ser algunas de novela negra; otra de fotografías que aportan viajeros regresados de territorios lejanos o muestras que intentan despertar la toma de conciencia acerca de la problemática medioambiental. También hay hueco para presentaciones de libros, para autores que indagan en sus obras, y de las que les han gustado a ellos. Otros encuentros que intentan fomentar la lectura son el de los clubes literarios, la audición de cuentos para niños y los talleres de escritura.

viernes, septiembre 08, 2006

Monasterio de Sant Pere de les Puel·les.Amén.


No es difícil adivinar el aire que se respiraba en el monasterio de Sant Pere de les Puel·les hace más de cien años atrás. El techo abovedado y el altar de mármol gélido rodeado por cuatro columnas negras son testigos mudos de los laudes que desde que fue inaugurado el templo en 1879, las monjas benedictinas elevan a Dios cuando llega la tarde.


Ubicado en el corazón del barrio de Sarriá, da la sensación de que dentro del monasterio nada haya cambiado desde entonces. Fuera, las casas cercadas con setos altos y vigiladas por cámaras de seguridad alternan con los edificios de lujo. Los tiempos en que Sarriá todavía no había sido absorbido por el ayuntamiento de Barcelona quedaron atrás, y hasta un hotel cuatro estrellas de paredes de cristal y mostrador amarillo fluorescente evidencian que este barrio tampoco escapa al avance vanguardista desplegado por la ciudad.


Son las siete y media de la tarde, los coches Mercedes Benz y BMW circulan por la pavimentada calle Angli tan cansinamente como los carruajes tirados por caballos cuando todavía no existía el asfalto. En el número cincuenta y cinco más o menos veinticinco monjas benedictinas salen en silencio y en fila india, como todos los días, para entonar los laudes. Se ubican en bancos de madera en dos grupos enfrentados, y una vez que todas ocupan su lugar comienza a sonar el órgano que está apartado a la derecha. Separados de las religiosas por el altar, unas cinco personas desperdigadas que superan largamente los cincuenta años de edad siguen atentamente como si se tratara de una misa. Sus ropas están desgastadas, lavadas, incluso más que las paredes, y eso ya es mucho decir.


Una mujer vestida de paisana y de pie entona una serie de palabras en latín y las religiosas le responden a una misma voz, sentadas y con las cabezas gachas, pasando rápidamente sus gafas por el salmoral. A pesar de que todas llevan el hábito negro, el cabello recogido y una franja blanca que asoma por encima de sus frentes, la diferencia de edad y de la consistencia física denuncian la falta de homogeneidad, de que no se trata de un ballet o un equipo de natación sincronizada. El primer salmo acaba, pero seguidamente comienza el segundo. El órgano cambia el ritmo sin cambiar la intensidad, el volumen del viento que sopla por sus tuberías no se altera. El organista, ubicado en algún lugar oculto a la vista de nosotros, marca los tiempos arbitrariamente y a veces no coincide con los del coro. Un hombre despeinado, con una americana negra, sigue las páginas del cantoral en penumbras.


La luz tenue, la simpleza de la música y lo reducido de la audiencia ubican al recital en la antítesis de lo que fue el megaconcierto de U2 el pasado verano, donde más de ochenta mil personas saltaron y gritaron al ritmo de la pasión de Bono y de la puesta en escena del grupo irlandés. Pero aquí el sosiego y la calma buscan despertar la reflexión. Es un ritual milenario llevado a cabo por la primera comunidad femenina de tradición benedictina en Cataluña, con presencia ininterrumpida desde el año 945 hasta hoy. Acaba el segundo y empieza el tercero. O el cuarto o el quinto. ¿Cómo hacer para adivinar donde termina uno y comienza el otro? Las velas proyectan las siluetas balanceándolas sobre las piedras desnudas. Son sirios hechos a mano, no mecheros de plástico, como los que miles de seguidores de los Rolling Stones levantarán a manera de pequeñas antorchas cuando el próximo verano los veteranos del rock canten Angie o Like a rolling stone.


Ya son las veinte y los laudes llegan a su fin. La plegaria litúrgica divide el día en tres partes: maitines, laudes y vísperas. Al unísono el órgano y el racimo de voces se apagan y las hermanas benedictinas se retiran tal como entraron, la mirada perdida en el suelo y conservando una distancia prudente para no chocarse con la de delante. Ya no queda nadie en el templo y una hermana con una amplia sonrisa nos invita a retirarnos amablemente. Tras nosotros la pesada puerta de hierro fundido se cierra y las recluye hasta mañana a las cinco de la mañana, cuando se reúnan para entonar los maitines. Después de caminar unos minutos uno se topa con la Vía Augusta, y en lugar de encontrarse con gente que va y viene a los dominios del emperador Augusto hay coches atascados que retornan a las ciudades dormitorios del cordón barcelonés, y las dudas se despejan: estamos en el siglo XXI.

martes, septiembre 05, 2006

...y un día La Maga pasó por Barcelona

El edificio centenario de la Biblioteca Francesca Bonnemaison recibiría a mediados de 2004 la visita más ilustre de todas. Una anciana plena de vitalidad, con nariz aguileña, que balbuceaba el castellano con acento porteño vino a presentar su libro, aunque apenas se hablara de ello.


Su nombre es Edith Aron, pero los cronopios del universo Cortazar la conocen como La Maga. Enemistada con Julio por años, salió del anonimato cuando sintió que debía contarle a una cajera de supermercado mexicana, encantada con Rayuela, quien era ella. A pesar de que el tiempo cura las heridas, todavía está dolorida por el trato de “chica ingenua” con que el difunto escritor le dificulto en el desarrollo de su carrera. La imaginación de los asistentes se retorcía para preguntar, y para que la maga respondiera sobre lo que no quería responder.


Ella no quería ser lo que había sido, pero toda la audiencia quería vivir lo que ella había vivido. Con la naturalidad de quien se movió por lo sobrenatural sin saber que lo era, describió los momentos cotidianos narrados en el libro y les puso nombre y apellidos de gente corriente a los personajes que van y vienen en la obra cumbre del escritor sudamericano. Pero han pasado demasiados años desde entonces, y los espectadores, que se pellizcaban para saber si lo que vivían era cierto, saben que en el París de los años sesenta nada era real.