sábado, noviembre 03, 2007


Hay veces en que escribir no sirve para nada, y otras en la que es una pérdida de tiempo. Pero esta vez es lo único que queda, ¿cómo salvar 10 mil kilómetros de distancia para estar un ratito con vos, anita?
Todavía no tenés un día de vida, pero me muero de ganas de conocerte. Gracias por haber traído tanta felicidad, por enseñar a todos los que estamos alrededor tuyo a ver las cosas de otra manera, a devolvernos la emoción de cuando escuchamos por primera vez Y sin embargo, a ponerle aroma al primer café de la mañana, a pensar que tal vez el mundo no vaya tan mal como parece.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay muchas formas de estar presente, vos te haces sentir..
que afortunada anita!

lindo volverte a leer.
bezoz.