La campaña publicitaria “Que levante la mano” apela a despojarnos de complejos, y a asumir sin culpas nuestros hábitos. A que rompamos la kilométrica lista con todas las cosas que dijimos que nunca haríamos (entre ellas beber Coca-Cola light), de una vez por todas y para siempre. ¿Cuántas veces cambiamos de opinión sobre temas que creíamos inamovibles?
Moralinas aparte, este genial anuncio fue hecho por la agencia argentina Santo Buenos Aires, que tuvo un problemita de plaggio con otro spot de la misma campaña. Este es un informe de
Volviendo a lo de antes, esta es la versión argentina (la original) del spot de Coca-light, llamada “Que levante la mano”, que más allá del tamaño de las extremidades, no cambia en casi nada a la emitida en la televisión española:
La campaña para el territorio español fue adaptada por la agencia Publicis, y la bautizó “Haz lo que bebas”:
Sin embargo, a mí me evoca a otro anuncio, de la campaña “El mundo te necesita como sos!” de la cerveza Schneider. Esta publicidad, perteneciente al estudio osb creative (se escribe así, en minúsculas) es otra exhortación a que cada uno sea como es (jeje)
Como si se tratase de un predicador religioso, este consejero en asuntos de bebida va caminando con decisión, sin mirar atrás y llevándose al mundo por delante, al estilo del cantante de The Verve en “Bitter Sweet Symphony”:
Tiene momentos cumbres, como cuando alguien le alcanza una botella de cerveza (¿?), o se le va agregando gente detrás suyo, hasta formar una masa heterogénea, como la que sale de fondo en los mítines políticos.
Sin embargo, el pico orgásmico, la apoteosis, el súmmum, es cuando monta un caballo a la carrera, y galopa arengando a todos, desenmascarando nuestros complejos, liberándonos de ellos, condenándonos a asumirlos. Tampoco debemos olvidar al portador del tupper, que se abre entre la multitud, cual aparición mariana del ángel Gabriel, y eleva el Santo Grial de plástico al cielo.
Genial, brillante, una bofetada que nos despierta del letargo, nos empuja a gritar a cielo abierto nuestra manera de ser, imitando a este bendito agitador (y también a comprar cerveza Schneider).