viernes, diciembre 01, 2006

Biblio tomo IV: Biblioteca de la Santa Pau - Santa Creu


El sol permanece colgado un rato más en Barcelona. Se acerca el verano y los días se alargan. En la calle Hospital, en el Raval, se levanta un muro de piedra que parece encerrar herméticamente lo que hay dentro. Pero una vez más las apariencias engañan, y dentro hay un jardín que contiene desde una terraza con turistas hasta yonquis errantes y estudiantes que se resisten a entrar a clase. Entre ellos, apuran el paso inmigrantes hindúes y pakistaníes que enfilan hacia la biblioteca de la Santa Pau–Santa Creu. Allí dentro, se apilan unos 180 periódicos de 60 países diferentes, y la colección está abierta a sugerencias para ampliarla.



Alí es un musulmán pakistaní. Como todas las tardes cuando acaba con su trabajo en una peluquería, y después de la ducha de rigor, se encamina hacia su encuentro diario con la lectura y la actualidad de su país. A pesar de que lleva 7 años en Barcelona, hace poco que descubrió este oasis. Se sienta en uno de los sillones cómodos y coge la edición de dos días atrás de The News.

Los periódicos van desde La tercera de Chile hasta el eterno New York Times, y otros con nombres desconocidos para occidente, como Al Hayat, Al Ittihad o Daily Jang. Sin despegar sus ojos, sigue la lectura de derecha a izquierda y de abajo a arriba, como manda la tipografía árabe. En un momento dado, se acerca al papel, repasa con el dedo y mueve sus labios lentamente, pronunciando las palabras en silencio. El ruido de los pájaros atraídos por la flora exterior no llega a la sala de lectura, a pesar de los amplios ventanales. Sus gruesos bigotes que acaban en punta apuntando hacia arriba parecen permanecer inmóviles cuando habla.



Apenas deja el diario encima de la mesa, lo toma otro sentado enfrente de él que, como la mayoría de los que están en la sala, lleva camisa que no se desplancha ni se mueve de su sitio. Una mujer canosa con una bolsa de supermercado saca una libreta y apunta. Es una extranjera en su propia tierra. Este centro está copado por gente de la mega nación India y sus alrededores, ni siquiera hay espacio para asiáticos o sudamericanos. Hay estanterías dedicadas exclusivamente a cultura árabe y bibliografía en urdu, hindú y panjabi, entre otras lenguas.

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